viernes, 15 de julio de 2011

Vértigo.

Por aquel hueco se escapó el silencio, fue por todo aquel ruido, el mismo que le puso precio y fecha de caducidad a los pálpitos escondidos tras aquel material inúfugo, para acabar bajo los pocos grados de alguna partícula de hielo.


Ahora observo el calor tras la añoranza de mis debilitadas neuronas, aquellas que siguen cegadas y asustadas tras la amenaza de alguno, que tan solo pretende que dejen de asomarse al vacío. Siento su vértigo... Como el aire las empuja, poco a poco todo se nubla y las pocas luces que brillan están tan lejanas, además, irradian cierta oscuridad de la que pretendo despertarme. Se acercan a mi pupila y en ese momento todo parece un sueño... Pellízcame y no sentir nada lo hará todo más sencillo.

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